jueves, 23 de abril de 2015

DIOS ESTA CONTIGO





DIOS ESTÁ CONTIGO (I)
“Todo  lo  que  hagas  prosperara”
por: Norma Solis Zavala

Has  escuchado  hablar de Abigail  la mujer que  salió en  busca De David para evitar que  su  casa fuera destruida (1Samuel  25:1-42). Cuando David terminó de escucharla dijo:  “Bendito sea Jehová, Dios de Israel, que te envió para que hoy me  encontrases, y bendito sea tu razonamiento, y bendita tú, que me has estorbado hoy de ir a derramar  sangre, y a vengarme por mi propia mano. Porque vive Jehová Dios de Israel que me ha detenido de hacerte mal”.  Y recibió David de  su mano lo que le había traído, y le dijo: “Sube en paz a tu  casa, y mira que he oído tu voz, y te he tenido respeto” (v.32-35).  

En este  pasaje de la Biblia quiero que enfoques tu atención en Abigail y lo que hizo (sus hechos hablan por ella),  su actitud  fue la clave que motivo a David a tomarla como esposa varios años después cuando ella ya era viuda.

Cientos de años después nuestro Señor Jesús enseño a sus discípulos a cerca de los frutos del árbol bueno y del árbol malo, dijo: “Por sus frutos los conoceréis, porque de la abundancia del corazón habla la boca” (Mateo 7: 15-20, Lucas 6:43-45).

David había reconocido en Abigail  su fidelidad y su sabiduría. Su fidelidad era tan transparente que dijo: “He aquí tu sierva, que será una sierva para lavar  los pies de los siervos de mi señor” (1 Samuel 25: 41). Quizás te preguntes ¿Por que dijo esto, se está poniendo al nivel de una esclava, sirvienta o trabajadora del hogar? Te equivocas, Abigail le estaba afirmando su fidelidad incondicional a David.

Hoy quiero hablarte  de la “Fidelidad incondicional de Dios, cuando Él te llama al ministerio”; su misericordia nunca se apartará de ti, porque fiel es el que lo prometió (2 Samuel 7:15, Hebreos 10:23).

Te han hablado de José, David y Pablo, cada  uno de ellos fue llamado para cumplir un propósito; estos  varones encontraron obstáculos para cumplir el plan de Dios; pero cada uno de ellos, cumplió con su llamado.


LA  FIDELIDAD DE DIOS  HACIA  JOSÉ 

"Y todo lo que hacia, Dios lo prosperaba"

En José, podemos encontrar las características del llamamiento de Dios y como afecta a los demás:

1.-  La Fidelidad de Dios en la oposición familiar:
José era el hijo más amado de su padre y esto ocasionó que sus hermanos mayores lo aborrecieran y no podían hablar pacíficamente con él. La envidia aumento mas cuando Dios le dio revelaciones, e inclusive su padre lo  reprendió; pero luego se puso a meditar  en lo que José  decía. Esto ocasionó “una fuerte oposición  de sus  hermanos hacia José, que inclusive planearon matarlo”. Pero Dios  había provisto la salida: Rubén se opuso a que lo mataran y Judá dijo que lo vendieran como esclavo, y mancharon con sangre su túnica para hacerle creer a su padre que había muerto (Génesis 37:1-35).

2.-  La Fidelidad de Dios en la aflicción:
José fue llevado a Egipto y vendido como esclavo a Potifar oficial del Faraón, y todo lo  que hacia José, Dios lo hacia prosperar en su mano. Pero la mujer de Potifar puso sus ojos en él; sin embargo José se mantuvo fiel a su amo y se conservó puro delante de Dios y no pecó.

Cuando fue acusado injustamente y llevado a la cárcel; ahí Dios estaba con José y le extendió su misericordia, y le dio gracia en los ojos del jefe de la cárcel y todo lo que hacia, Dios lo prosperaba

Cuando interpretó el sueño del jefe de los coperos le dijo: “Acuérdate de mí cuando tengas este bien”, pero se olvido de él. Dos años después el Faraón tuvo sueños y nadie pudo interpretarlo, y  el copero le hablo de José al Faraón y  ordeno su libertad  y  le dijo: “He oído decir  que oyes sueños para interpretarlos” y José dijo: “No esta en mí; Dios será el que dé respuesta propicia a Faraón” (Génesis 39 al 41).

3.-  La Fidelidad de Dios en el ministerio:
Cuando José terminó de interpretar los sueños y dado la solución, el Faraón dijo: ¿Acaso hallaremos a otro hombre como éste, en quién esté el Espíritu de Dios? 

“Dios te ha hecho saber todo esto, no hay entendido ni sabio como tú. Estarás sobre mi casa, y por tu palabra será gobernado todo mi pueblo, solamente en el trono seré yo mayor que tú”

José llego a ser el gobernador de Egipto, se caso y tuvo dos hijos, al mayor puso por nombre Manasés y dijo: “Dios me hizo olvidar todo mi trabajo, y la casa de mi padre”; al menor llamo  Efraín, porque dijo: “Dios me  hizo fructificar en la tierra de mi aflicción” (Génesis  41: 37-57).

4.- La  Fidelidad  de  Dios es para cumplir su propósito y      bendecir a muchas naciones:
Cuando se cumplieron los siete años de abundancia y comenzaron a venir los años de escasez, creció el hambre en la tierra de Egipto y de toda la tierra venía a Egipto para comprar los alimentos almacenados por José. También sus hermanos llegaron a comprar alimentos y cuando él se dio a conocer a ellos dijo:

“No os entristezcáis, ni os pese de haberme vendido acá, por que para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros (Génesis 45: 1-8).

Este era el propósito por el cual José había sido llamado, Dios estaba con José y le extendió su fidelidad y él se mantuvo fiel a Dios.  
           

MUJER:
A veces pensamos que somos incapaces de poder cumplir con el llamado de Dios, pensamos así porque ponemos nuestro ojos en nosotras mismas y no en Jesucristo. Si Él te ha llamado a su obra, ya sea en cualquier campo que te desempeñes (en el trabajo, la empresa, tu profesión, en la iglesia, en las artes, la música, etc). Él nos ayudará a llegar a nuestra meta, su fidelidad estará siempre a favor tuyo para que lo logres y prosigas al blanco. Dios está contigo y todo lo que hagas prosperará.





DIOS ESTA CONTIGO (II)





LA  FIDELIDAD DE DIOS  HACIA  DAVID
 “He estado contigo en todo cuanto has andado”

En David podemos encontrar las siguientes etapas en su crecimiento ministerial:

1.- Era conscientes que Dios le había dado un ministerio:

David sabía y era consciente que había sido ungido para ser rey de Israel (1Samuel 16: 13). Los que lo conocían podían reconocer que Dios estaba con él.

Cuando Goliat desafió al pueblo de Dios, pese a la oposición de Eliab su hermano, David dijo al rey Saúl: “Jehová, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, Él también me librará de la mano de este filisteo”. 

David era consciente de la fidelidad de Dios; confiado dijo a Goliat: “Yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel” (1Samuel 17: 22-45).


2.- Siguió permaneciendo fiel al al rey (pastor):

Pese a que Saúl trato muchas veces de matarlo, Dios lo liberó de sus manos y reconoció que Dios estaba con David (1Samuel 18:12, 14; 19:8). 

David tuvo oportunidad para quitar la vida del rey, pero él se mantuvo fiel “al ungido de Dios” (1Samuel 24:9-19; 26:1521).


3.- El rey reconoció que Dios lo había elegido (Tú pastor y los demás reconocerán tu ministerio):

Saúl cuando estuvo en manos de David, al ver su fidelidad reconoció su llamado y dijo: “Yo entiendo que tú has de reinar, y que el reino de Israel ha de ser en tu mano firme y estable,  júrame, por Jehová, que no destruirás mi descendencia después de mí, ni borrarás mi nombre de la casa de mi padre” (1Samuel 24: 20-21).

 “Bendito eres tú, hijo mío David; sin duda emprenderás tú cosas grandes, y prevalecerás” (1Samuel 26:25). 

Dios estaba con David  y  todo lo que hacía prosperaba (2Sa.7: 3).


4.- Dios fue quién lo estableció y lo confirmó:

Si Dios te ha llamado ten por seguro que Él estará contigo y Él te confirmara y te establecerá 


De David dijo Dios:  “Yo te tomé del redil, de detrás de las ovejas, para que fueses príncipe sobre mi pueblo, sobre Israel; y he estado contigo en todo cuanto has andado, y delante de ti he destruido a todos tus enemigos, y te he dado nombre grande” (2Samuel 7: 8-9).


5.- El ministerio es para exaltar a Dios y no a los hombres:

Cuando David escucho todas las promesas de Dios dijo: “Todas estas grandezas has hecho por tu palabra y conforme a tu corazón, haciéndolas saber a tu siervo. Por tanto, tu te has engrandecido, Jehová  Dios; por cuanto no hay como tú, ni hay Dios fuera de ti, conforme a todo lo que hemos oído con nuestros oídos” (2 Samuel 7:21-22). 


“Viva Jehová, y bendita sea mi roca, y engrandecido sea el Dios  de mi salvación” (2 Samuel 22:47).



MUJER:

Dios siempre estará contigo, Él no dijo que fuera fácil, sabía que enfrentaríamos situaciones a veces contraversiales, ya que  a veces la mayor oposición ocurre dentro de nuestras congregaciones, pese a ello, David, siguió permaneciendo fiel al Ungido de Dios, y a su tiempo debido Saúl lo reconoció, así también será contigo, porque Dios será el que te establezca y confirme hasta el fin. 

Recuerda que tú eres lo que Dios dice que eres, tienes lo que Dios dice que tienes, harás lo que Dios dice que hagas. Reconócele en todas tus obras y glorifícale. 









DIOS ESTA CONTIGO (III)




                
 LA FIDELIDAD DE DIOS HACIA PABLO 
                         
  “No temas, sino habla, y no calles, por que yo estoy contigo, y ninguno pondrá sobre ti la mano para hacerte mal”


A pesar de las oposiciones que se puedan levantarse en contra tuya, en Pablo observamos que Dios esta interesado en que llegues a la meta, porque Él te llamo, te envió, te estableció y hará que lo termines.


1.- DIOS TE FORTALECE Y TE ANIMA 
- “Dios te anima y fortalece aunque otros no lo hagan”.

Pablo fue uno de los apóstoles que encontró más oposición a su llamado, porque a cualquier lugar que iba se levantaban en contra de él y querían matarlo (2 Corintios 12: 7); fue el que vivió mas en la realidad del reino de Dios. 


Pablo sabía que el Señor estaba con él y le fortalecía: “No temas, sino habla, y no calles, por que yo estoy contigo, y ninguno pondrá sobre ti la mano para hacerte mal” (Hechos 18:9-10).


Cuando fue arrestado el Señor se le apareció y le dijo: “Ten ánimo, pues como has testificado de mí en Jerusalén, así es necesario que testifiques también en Roma” (Hechos 23:11).


2.- DIOS TE AYUDA A CUMPLIR TU LLAMADO Y PROTEGE A LOS TUYOS
- “Él cuida de ti y a los que amas, para que cumplas  tu llamado”.

Dios no solo extiende su fidelidad y su misericordia a sus escogidos también a aquellos que te rodean; cuando el barco en el que viajaba  estuvo a punto de naufragar Pablo dijo “Esta noche ha estado conmigo el ángel de Dios de quien soy y a quién sirvo, diciendo: Pablo, no temas; es necesario que comparezcas ante César; y he aquí, Dios te ha concedido todos los que navegan contigo” (Hechos 27:23-24).  

Nada ni nadie pudo detener el ministerio de Pablo, aún en Roma, preso en una casa alquilada por dos años siguió predicando el reino de Dios y enseñando acerca del Señor Jesucristo, abiertamente y sin impedimento (Hechos 28: 30-31).


3.- DIOS QUIERE QUE LLEGUES A TU META Y OBTENGAS TU CORONA 
- “Dios terminará en ti la obra que comenzó”

Pablo reconoció la fidelidad de Dios en el llamamiento (1Corintios 1:9) y dijo: “Por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo” (1Corintios 15:10). 

Cuando Pablo estuvo a punto de concluir su ministerio dijo: “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida (2 Timoteo 4:7-8).



MUJER:
¿Cuántas veces se ha levantado oposición a tu llamado? ¿Te han afligido sin haber hecho nada? ¿Han reconocido tu llamado? ¿Buscaron el rostro de Dios en oración para que Dios testificara de ti? ¿Vieron tus frutos,  conocieron lo que había en tu corazón y no te despidieron en paz, bendiciéndote, para iniciar tu ministerio?.  

Habrá alguien que te dijo: “Sierva fiel cumple con el propósito de Dios” o te dijeron: “Has sido fiel con la obra de Dios; pero no con la visión de tu pastor, del ministerio o de la congregación” o quizás te dijeron otra cosa mucho peor  e inclusive mancharon la obra que hacías, como la túnica de José para sacarte del ministerio, y a lo largo de estos años Dios te extendió su misericordia, su fidelidad incondicional, haciendo prosperar todo lo que hacías, confirmándote su llamado, ¿A quién le vas a creer a Dios o a los hombres?.


Serás capaz de mantenerte pura sin pecar, perdonando y olvidando;  como lo hizo José. 

Comenzarás ha andar en la posición que Dios te ha puesto, reconociendo que lo que eres y todo lo que tienes provino de Dios, como lo hizo David. 


Vivirás en la realidad del reino de Dios, reconociendo su gracia, como lo hizo Pablo.  


¡Mujer! Dios es el mismo ayer, hoy y por  siempre, a cada hombre (varón o mujer) que llamó le prolongó su fidelidad y su misericordia, Dios está contigo, nadie pondrá su mano sobre ti para hacerte desistir de su llamado, pon tus ojos en Jesús, el autor y consumador de nuestra fe, “porque todas las promesas de Dios son en Él Sí, y en Él Amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios” (2 Corintios 1:20).    


Las oposiciones a tu llamado siempre se levantaran, pero tenemos una confianza firme y permanente, que nos mantiene arraigados y cimentados en Jesucristo: SU FIDELIDAD, Él nunca te dejara, prometió estar contigo hasta el fin, confía en Él y Él hará.


 “Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el misterio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios” (Hechos 20:24)




Dios te bendiga, te multiplique y te extienda:


Norma Solis Zavala


martes, 7 de abril de 2015

EL ANHELO DEL CORAZÓN DE DIOS Y TÚ



EL ANHELO DEL CORAZÓN DE DIOS Y TÚ

“Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre” (Hebreos 6:10).
 por: Norma Solis Zavala

Sabías que Dios quiere darte mucho mas de lo que puedas imaginar o soñar. Él ha preparado para todos aquellos que lo aman cosas que nadie jamás ha podido ver, ni escuchar ni imaginar (1 Corintios 2:9). Dios sabe cuales son tus necesidades esenciales (Mateo  6:25-34), así como también sabe cuales son las peticiones de tu corazón  (Salmo 37:4). Hoy quiero hablarte del anhelo del corazón de Dios y del anhelo de tú corazón.

Para algunos es fácil pedir el anhelo o petición  de su corazón y para otros le  es difícil hacerlo. Lo que mas pedimos es alimento, ropa, casa, salud, trabajo remunerado, luego intercedemos a favor de otros;  sí estas en el  ministerio pides recursos materiales, humanos; luego  sabiduría e inteligencia, para guiar a su pueblo o para  apoyar con efectividad en un ministerio y hacer su voluntad. Al cabo de algún tiempo te das cuenta como Adán que  estas solo o sola y ahí comienza el anhelo de tu corazón - lo que llena tu vida - y comienzas a pedir tu ayuda idónea.

Esta parte  intima  y personal  tanto de varones como de mujeres, pareciera que fuera lo primero que te gustaría pedirle y que Él te responda rápido; pero Dios no siempre obra como tu deseas, porqué Él es quién ordena tus pasos y  aprueba tu camino (Salmo 37:23). Sus pensamientos están centrados en ti, Él busca tu tranquilidad y tu bienestar (Jeremías 29:11). Pero Él requiere de ti fe  y paciencia. 

Muchas veces nos han hablado de la fe, y a veces olvidamos que fe es confiar en Dios, es estar totalmente seguro de que uno va a recibir lo que espera. Es estar convencido de que algo existe, aun cuando no podamos verlo (Hebreos 11:1). Por fe, sabes que Dios ya tiene  “tu ayuda idónea”, pero también Él necesita tu paciencia  para que puedas recibir todo lo que ha preparado para ti (Santiago 1:4).

Así como tú tienes peticiones o anhelos en tu corazón, también Dios lo tiene. El anhelo de su corazón eres tú. Necesita tu amor y tu voluntad sujeta a Él (obediencia). Debemos deleitarnos en Él y Él nos concederá las peticiones de nuestro corazón (Salmo 37:4). Debemos buscar  primero su reino y su justicia y todo lo demás será añadido (Mateo 6:33). Debemos hacer su voluntad, para recibir lo que ha prometido (Hebreos 10:35-36).

En la mujer samaritana y María, podemos encontrar dos formas de amar a Dios. Un amor aprendido por experiencias ajenas a la suya y un amor verdadero, por pasar tiempo con Él. En que se diferencian estas formas de amar... En la falta de conocimiento de quién es Dios, como es Dios, y lo que Dios puede hacer a favor tuyo.

En la historia de la mujer samaritana (Juan 4:1-42), encontramos tres verdades que motivaron a Jesús desplazarse hasta Samaria: 
1) Darse a conocer - revelarse a ella (v.10). 
2) Mostrarle a la mujer que su forma de adorar a Dios no era como lo establecían las costumbres (v.20-24). 
3) Anunciar el reino de Dios (v.25-42).

Ésta mujer, no conocía a Dios, históricamente Samaria se había separado política y religiosamente (cuando se dividió Israel en dos reinos) y solo tenían de la Biblia hebrea el Pentateuco (Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio). Cuando Jesús se da a conocer a ella, le dice tres cosas: 
1) Tú no conoces el don de Dios. 
2)  Tú no  conoces quién es el que te pide de beber. 
3) Si lo conocieras tu le pedirías y te daría agua que da vida (Juan 4:10).  

Dios esta dispuesto a darte todo lo que pidas, y más aún, desea darte lo que da vida. Concederte las peticiones de tu corazón.

La clave principal en todo el diálogo que Jesús sostiene con la mujer samaritana gira en torno a su falta de conocimiento de quién es Dios y cómo es. Ella adoraba por costumbres aprendidas, por lo  que había oído, pero Dios quiere que vayas más allá de un simple vistazo y lo conozcas realmente. Cuando Job se quedo sin palabras, Dios se le revelo a él y le mostró todo lo que era, lo que hizo y lo que hará (Job cap.38 al 41).

Los esquemas pre elaborados  que tenía la mujer samaritana en su mente (paradigmas), ajenos a la revelación del conocimiento verdadero de quién es Dios, y cómo es Él, fueron rotos por Jesús, Él se mostró a ella, dándose a conocer. Al fin de su conversación, ésta mujer cambiada por la revelación que recibió de Jesús entro a la ciudad y dijo: “Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. ¿No será este el Cristo?” (S. Juan 4:29).

Luego los habitantes de esa ciudad buscaron a Jesús, querían conocerlo no solo por lo que dijo la mujer, ellos querían verlo, escucharlo y palparlo. Pasaron tiempo con Él conociéndole y dijeron: “Nosotros mismos hemos oído y sabemos que verdaderamente es el Salvador del mundo, el Cristo” (Juan 4:42). 

Al tener la revelación de quién es Dios y como es; Job dijo:  “De oídas te conocía, más ahora mis ojos te ven” (Job 42:5) - lo que antes sabía de ti era lo que me habían contado, pero ahora mis ojos te han visto, y he llegado a conocerte- Esto es lo que Dios busca de ti, que no solo sepas que existe, que te ama, sino que lo conozcas. 

Nuestro Señor Jesucristo señalo que era  mas importante pasar tiempo con Él, escuchándole y conociéndole. A Marta le dijo: “Estas afanada y preocupada por muchas cosas; y María ha escogido la mejor parte que no le será quitada (Lucas 10:39-42). María estaba a los pies de Jesús escuchándole, conociendo a su Señor. Aquí encontramos dos verdades: 
1) Las preocupaciones de la vida te impiden pasar tiempo con Dios. 
2) Dios quiere que tú estés escuchándole, conociéndole, para recibir todo de Él.

El conocer a Dios, te dará tanta confianza que podrás entrar osadamente a su presencia, no solo para alcanzar el oportuno socorro, sino también para lograr que su voluntad se incline a tu favor. Abraham, llamado el amigo de Dios, intercedió a favor de Sodoma y Gomorra, porque Lot y su familia estaban allí. Seis veces Dios le dijo: “No la destruiré por amor a ellos” (Génesis 18:23-32).Cuando fue probado, ofreció a Isaac, “Porque sabía que Dios era poderoso para levantar aun de entre los muertos” (Hebreos 11:9).

El conocer a Dios, no solo hará que su voluntad se incline a tu favor, también podrás detener sus juicios, si fallas y te arrepientes. Cuando David, el dulce cantor de Israel,  censo al pueblo, apelo a la misericordia de Dios  y dijo: “Prefieró estar en las manos de Dios, porque sus misericordias son muchas en extremo, que caer en las manos de los hombres” Cuando el ángel fue enviado a Jerusalén para destruirla, miró Jehová y se arrepintió de aquel mal y detuvo la mano del ángel para que no destruyera a los pobladores de Jerusalén (1Crónicas 21:1-27).

El conocer a Dios no sólo te da confianza, también seguridad para obtener todo lo que tu corazón anhela. En la historia de Eliseo y la mujer sunamita (2 Reyes 4:8-37), observamos a una mujer cuyo anhelo era tener un hijo, pero le era  difícil pedirle a Dios; y como ella no pedía, Dios tuvo que usar al criado de Eliseo, para que revelara al profeta cual era la petición de su corazón. Eliseo le dijo:  “El año que viene, por este tiempo, abrazarás un hijo”. Ella sorprendida dijo ¡No se burle de mí! No era incredulidad, ella había perdido toda esperanza de tener un hijo, aun que amaba a Dios y creía en Él, ella no se atrevía a pedir lo que anhelaba su corazón. Pero Dios le dio un hijo y cuando el niño creció murió, ésta mujer activo su fe en Dios, sabía que Él se lo había dado para deleitarse siendo madre e iba a Él para que se lo devolviera y Dios le devolvió a su hijo vivo.  Sara, cuando Dios ya iba a cumplir su promesa se dijo así misma “¿Tendré deleite, siendo también mi señor ya viejo?”  (Génesis 18:12). Aun que se río, Dios le confirmo el cumplimiento  de su promesa y se deleito siendo madre 37 años (Génesis 21:6-7, 23:1) .

Cuando Dios quiso asegurar a Abraham que cumpliría su promesa, juro por si mismo, para darle lo que había prometido y mostrar a los herederos de la promesa (a ti y a mí) que Él no miente y no cambia. Esto nos consuela fuertemente, porque confiamos en  que Dios nos dará lo prometido. Esta confianza nos da seguridad, es el ancla de nuestra alma, que nos mantiene firme y estable en nuestra posición. Jesucristo nos da  esta confianza porque Él traspasó el velo y entró al lugar Santísimo y nos dejo libre el camino hacia Dios, y es nuestro Sumo Sacerdote (Hebreos 6:17-20). Él intercede por ti, no solo para que seas librado, sanado, prosperado, sino también para que Dios te conceda lo que anhela tu corazón. Por eso Jesús dijo: ”Sí permanecéis en mí, y mis palabras en vosotros, pedid todo lo que queráis y será hecho” (Juan 15:7).

El conocer a nuestro Dios, nos dará seguridad, confianza y gozo completo (1 Juan 1:1-4), Él va cumplir todas sus promesas y entre ellas esta el anhelo o las peticiones del corazón. “Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre” (Hebreos 6:10).