DECÍDETE A CREER QUE PUEDES
HACERLO
Por: Norma Solis Zavala
Alguna vez te preguntaste: ¿Cuál
es el propósito por la cual Dios me creó?. A veces pensamos que Dios revela
el propósito para nuestra vida a otras personas y abusamos de las Profecías.
Cuando eso pasa, tienes que decidir a quien creer: a Dios o a los hombres.
Sí
construyes sobre la ROCA no se desplomará lo que has
construido. Cuando Dios te lo revela a ti, aunque pases por diversas
circunstancias en el proceso de crecimiento ministerial, Él te fortalecerá,
confirmará, establecerá y te animará con su Palabra para que no desistas de su
llamado, por eso Pablo escribió: “Olvidando ciertamente lo que queda atrás,
y extendiéndome a lo que está
delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo
Jesús” (Filipenses 3:13-14).
Aunque te parezca a ti que Dios se
equivoco contigo, Él te dirá: “Nadie toma
para sí esta honra, sino el que es llamado por
Dios” (Hebreos 5:4), porque “Dios no es hombre para que mienta ni hijo de hombre para que
se arrepienta. Él dijo, ¿y no lo hará? habló, ¿y no lo ejecutará? (Números 23:19).
Dios te ha honrado al llamarte y no está dispuesto a perder su inversión (tú).
Dios no te ha llamado por tus méritos (por lo que haces o dejas de hacer), sino
por lo que Cristo Jesús hizo. Todos nuestros caminos le son conocidos y sabe lo que hay en
nuestro corazón - Dios, lo sabe todo
(Salmo 139: 3-4)
Una cosa es saber que Dios te
esta llamando para ejercer un ministerio o para emprender algo y otra es saber si podrás hacerlo – creer en ti.
Creer en ti demandaba dos acciones de fe:
1) Creerle a Dios
que te esta llamando.
2) Creer en ti que puedes hacerlo porque Él lo dice.
¿Estas dispuesto a creerle a Dios
y dejar que Él lo haga a través de ti, o piensas que eres incapaz de hacerlo
aun que Dios esta contigo?... Sí tus ojos no están enfocados en Dios, sino en ti, dirás: no puedo hacerlo, me faltaba
mucho por aprender, ni siquiera estoy en un instituto bíblico o
seminario, etc.
Algo semejante paso con Josué, él
fue nombrado delante de todo el pueblo sucesor de Moisés. Dios mismo lo llamo y
le dio esa investidura de autoridad sobre todo el pueblo (Deuteronomio
31:14). Le dijo “Esfuérzate y anímate, pues
tú introducirás a
los hijos de Israel en la tierra que les juré, y
Yo estaré contigo”
(Deuteronomio 31:23).
El llamado de Dios, para darnos o entregarnos a Él y use nuestras vidas, de acuerdo a lo que hemos leído, tiene demandas:
A) El llamado de Dios, demanda de
ti dos cosas:
- Esfuerzo.- Hacerte disponible para hacerlo aun mas halla de tus fuerzas – Por ello Pablo dijo:”De ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mi mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios” (Hechos 20:24).
- Animarse.- No pienses en que no puedes hacerlo, piensa en que si podrás hacerlo, porque Él mayor esta en ti (1 Juan 4:4), “todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; sí hay virtud alguna. Si algo digno de alabanza, en esto pensad” (Filipenses 4:8-). No desistas en lo que has creído. “Tú debes seguir creyendo en lo que aprendiste, y que sabes que es la verdad... ” (2 Timoteo 3:14 . Biblia Para Todos)
B) En el llamado, Dios te revela o te hace saber dos cosas:
- El propósito: A Josué le dijo “Tú introducirás a los hijos de Israel” – esto es lo que vas hacer, para esto te llamé.
- Quién es tu socio mayor: A Josué le dijo “Yo estaré contigo” – Tú socio mayor, el que carga con toda la responsabilidad es Dios. No estas solo, Él esta contigo para que lo hagas y se cumpla su propósito.
Josué sabía que era lo que iba
hacer, pero no sabía cuando y que tiempo demandaría cumplir con su propósito.
Cuando Moisés murió Dios le dijo a Josué: “Nadie te
podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés,
estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé” (Josué 1:5). Dios le vuelve a confirmar su llamado y como lo iba a
respaldar:
- Nadie podrá hacerte frente en todos los días de tu vida – Dios lo respaldaba. Aun que se levanten en contra tuya obstáculos para impedir que cumplas el propósito de Dios. Estos sencillamente no progresaran, serán desechados - “Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos de Jehová, y su salvación de mí vendrá” (Isaías 54:17).
- Estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé. Esta es la seguridad en la cual se basa un llamado, no estas solo o sola, tu socio Mayor está contigo y Él no te deja ni te desampara, Él lo dijo y Él lo hará a través de ti.
Sin embargo Josué se miraba así mismo, se veía incapaz de poder hacerlo, incapaz de cumplir con
el propósito de Dios (Josué 1:6-9). Dios sabía lo que había en su corazón y para asegurar
definitivamente que era el momento de creerle a Dios y actuar, no por lo que él
era, sino por lo que Dios decía de él, tres veces le dijo:
- Esfuérzate y sé valiente, porque tú repartirás a este pueblo por heredad - No solo involucraba hacerlo mas halla de sus fuerzas, también implicaba tener un carácter sólido – se valiente – Para dirigir a la gente y no temerle. Para seguir creyéndole a Dios que te escogió, aunque los demás piensen que no.
- Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer mi voluntad – lo único que necesito es que estés dispuesto a hacer mi voluntad - Guardar y aplicar mi Palabra - Obediencia.
- Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes; porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas – Dios le ordena que se esfuerce y sea valiente, para cumplir su propósito. Dios le da un mandato, y no tiene opción para decir que no - Créeme yo te he llamado y estoy contigo, yo lo haré, ponte en mis manos.
Aun que a sus ojos Josué se veía incapaz, Dios lo
puso en la dirección correcta, mirarse en Dios y no en él. Dios quería que él
creyera que podía usarlo, no importaba lo que él pensaba de sí mismo ni lo que
los demás pensaban de él.
Dios necesitaba una persona dispuesta a ponerse en
sus manos para realizar y ejecutar sus planes aquí en la tierra. Cuando tú ya
tienes la certeza y la convicción que Dios te ha llamado y está contigo, Él requiere de ti la acción. Josué decidió creerle a Dios y dijo: “Preparaos comida, porque dentro de tres días pasaréis el Jordán
para entrar a poseer la tierra que Jehová
vuestro Dios os da en posesión” (Josué 1:11).
Esta decisión fue la clave en el
ministerio de Josué, él había comenzado a dar sus primeros pasos - “Aunque tus inicios sean pequeños
tu postrer estado será muy grande” (Job 8:7) - Dios vio
su corazón y dijo: “Desde este día comenzaré a engrandecerte delante de los ojos de todo Israel, para que
entiendan que como estuve con Moisés, así estaré contigo”
(Josué 3:7).
Si tú
comienzas andar en lo que has creído (2
Corintios 4:13), Dios te revelará más y más todos sus propósitos
para tu vida. Solo hazte disponible y
ponte en sus manos para que Él a su debido tiempo de exalte (1Pedro
5:6), ésta disposición tuya hacia Dios, es lo que esta buscando de ti, Isaías
le dijo: “Heme aquí,
envíame a mí”
(Isaías 6:8),
Pablo dijo: “Señor,
¿qué
quieres que yo haga?” (Hechos 9:6), que le dirás tú cuando Él te llame...
Decídete a creerle a Dios, y ponte en sus manos, porque “Fiel es el que os llama, el cual también
lo hará” (1 Tesalonicenses 5:24).
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